martes, marzo 22, 2011

Silueta Porteña

Ya que el tiempo es lo que más me sobra hoy, aparte de las canas, he retomado esa grata costumbre que tenía de dármelas de milonguero sentimental y comenzar a recuperar la costumbre de escribir mis aguafuertes tangueras (Marca registrada que le robo a don Roberto).

Y para no irse con un tema muy peludo, me detendré en una milonguita que descubrí en uno de esos cassettes que venían de regalo con alguna revista.

Eran esas típicas compilaciones hechas sin mayor criterio de selección y que titulaban muy originalmente “Lo mejor del tango”, “23 tangos inolvidables” o “La época dorada del tango” con una carátula que derrochaba aún más inventiva con una foto nocturna del obelisco o una humita estirada sobre un bandoneón con una pierna de mujer bien contorneada como fondo.

En fin, además de Uno, El Choclo, La Cumparsita y los típicos clisés que se repiten en estas amalgamas musicales aparecía una canción que me invitaba a seguir el juguetón ritmo golpeando mi muslo con la mano… parapa papa papa papa pa pa pa pam.

Se trata de “Silueta Porteña” de autores a quienes a simple esfuerzo no les recuerdo mas composiciones y que se me presentó cantada por el suavecito y simpaticón Argentino Ledesma.

El nombre del tipo ya es medio gracioso, bueno, quizás valga la pena detallar que su nombre completo era Corazón Argentino Ledesma. (Existió otro nombre aún más exagerado: Imperio Argentina, pseudónimo de una cantante y actriz que trabajara con Gardel)

Bueno, para no detenernos en accidentes humorísticos, nos centraremos en el acompasado piropo que se le canta a la muchachita de vincha y chancletas que aparece caminado por las tardes porteñas.

Así como la famosa Garota de Ipanema que inspiró a Vinícius de Moraes realmente existió, no se si la muchachita que relatan Ernesto Nolli y Orlando D'Aniello vivió días reales.

Pero de todas maneras, el chancletear de su caminar se puede ver en Buenos Aires, como también en Santiago y las miles de ciudades y pueblos del mundo donde una coqueta chiquilla deja con la boca abierta a cualquier varón que se precie de tal.

¿Y porque elijo esta canción? Porque el verano ya termina… y con él se acaba el calor… y tenemos que esperar nuevamente septiembre para escuchar ese sonido de suela contra cemento… y ver flamear más lindos que cualquier bandera esas polleras y vestidos… y ofrecer florcitas a su caminar… y coronar a la más guapa y más porteña.

Como que, a pesar de ser tan simple, pareciera reflejar como nada ese huracán que a veces se produce cuando una muchacha prepotente y soberbia de feminidad se me cruza por la calle.

En la Sicilia de El padrino lo llamaban el rayo.

El “rayo”, el “huracán”, la “silueta porteña”, son lo mismo. El mismo fenómeno con distinto nombre.

Es como el pan batido, el francés y la marraqueta, tres denominaciones de origen para un mismo fenómeno.

Es lo mismo, realmente lo mismo, pero conviene que tenga varios nombres porque con uno solo… no le basta.

pd: Para el que quiera ver si mis palabras son exageradas o si realmente vale la pena pasarse películas al ritmo del bandoneón, acá se las dejo.

http://www.youtube.com/watch?v=mAUveHLty7g